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Funciones del Poder de Policía La función primordial de este poder es la de reprimir, combatir, prevenir al individuo en el ejercicio de sus derechos cuando exagera su uso hasta convertirlo en un peligro para los demás u obligarlo a actuar en cierta forma en beneficio de todos. El gobierno tiene el deber de velar porque no se cometan abusos en detrimento de su integridad y de sus fines y el poder de impedir estos abusos en provecho de la comunidad. “ El poder de policía se alza frente a la libertad individual como centinela del estado contra sus desafueros” (32) citado por las leyes de Chile. Sobre los Limites del Poder La constitución, al organizar el poder de policía le limita al mismo tiempo a la autoridad el ejercicio de este poder, pues al dictar estas normas que lo hacen efectivo deben hacerlo de acuerdo a la constitución y a las leyes y esas leyes las dicta la Asamblea Nacional. El Presidente de la República para ejercer el poder de policía, necesita que la Asamblea Nacional le de los medios necesarios para hacerlo, ya sea dictando reglamentación o autorizándolo para que lo haga e imponga las correspondientes sanciones a los contraventores. La Asamblea Nacional por otra parte no puede dejar de respetar las garantías. ¿ Dónde reside este poder? El poder de policía puede corresponder a algunas autoridades que ejerzan el comando de los cuerpos policiales. En efecto este poder es ejercido por aquellas autoridades competentes para adoptar decisiones generales o individuales encaminadas al mantenimiento del orden público aun cuando estos funcionarios no ejerzan el comando de las fuerzas policiales. El poder de policía esta distribuido en nuestro país entre el poder nacional el de cada uno de los estados y el de cada uno de sus municipios. La constitución atribuye la competencia del poder nacional a la policía nacional ; a la competencia de poder de los estados, la organización de la policía urbana y rural y la determinación de las ramas de este servicio atribuidas a la competencia municipal. La autoridad de policía por excelencia en el orden Nacional es el presidente de la Republica, ejerce las funciones de policía de seguridad por órgano del Ministro de Relaciones Interiores y de los gobernadores de estado. También el Presidente de la Republica es en orden Nacional la primera autoridad en cuanto a policías especiales. Estas funciones las cumple por medio de los ministros correspondientes, salud, ambiente, minas, transporte..etc. En el espacio geográfico de cada estado la primera autoridad policial es el Gobernador. “ Los conceptos categóricos en policía son expresión de los principios institucionales, culturales, históricos, políticos, jurídicos, técnicos que a lo largo de una evolución grávida de siglos han ido configurando la singular fisonomía de la institución policial. EL AUTENTICO PODER El poder de policía, este concepto viene de la mano con la mas estricta e imperiosa necesidad de una sociedad en cuanto a proporcionarle a la institución policial y sus integrantes (Efectivos policiales) todas las facultades y capacidades para prevenir y combatir el delito. En el marco de una sociedad suceden fenómenos socio-culturales que surgen de la interacción entre los individuos y su medio ambiente, de esta forma dichos individuos viven según una forma determinada de comportamiento y de tendencias de diversa índole que pretenden el desarrollo de las cualidades del hombre. De esta forma se originan las leyes, que vienen a ser el conjunto de normas que rigen ese orden. Dentro de los fenómenos socio-culturales que derivan de las diferentes circunstancias adversas al individuo, que lesiona la integridad del grupo social o comunidad se encuentra el delito; que no es otra cosa mas que la accion del individuo rompiendo con las normas establecidas por la sociedad dando origen asi a la figura del trasgresor o delincuente que a pesar de ser numerosos, afortunadamente son una minoría cuyos actos merman la calidad de vida del ciudadano común y de la familia. Surge entonces la inseguridad: (Robos, atracos, homicidios, violaciones, cohecho…etc.) delitos que van a ser combatidos y controlados por la sociedad a través del mecanismo de la fuerza publica y del grupo de individuos integrantes de esa fuerza que van a dar cumplimiento a las leyes investidos con ese poder que les permitirá canalizar (Por los medios legales) el sometimiento del trasgresor quien será sujeto a los correctivos que imponen las leyes según la gravedad, frecuencia y el tipo de delito que ha cometido. Queda claro entonces que la policía es un instrumento de la sociedad, como entidad preventiva, controladora y ejecutora de los mecanismos esenciales para combatir el delito. No se puede ser policía sin tener conciencia de que cada individuo como policía, posee en si mismo el poder y el deber que le exige la sociedad como su instrumento representativo en la actividad anti delictiva por cuanto el criterio en el efectivo policial debe ser amplio, claro, profundo; no debe ver en su trabajo tan solo su forma de sustento (Funcionarios de quince y último) si no mas bien al transformarlo en su modo de vida , debe aceptarse como parte de un todo social, posición que va a exigirle: autoestima, respeto a la autoridad, respeto a la ciudadanía, a los derechos de los demás; lealtad, honestidad y por sobre todo honor al poder que se le ha otorgado. Entonces entenderemos como poder; esa facultad, ese dominio que se tiene sobre alguien o algo la facilidad y el tiempo para hacerlo, mientras que la fuerza, el valor y el dominio de hacerlo es el poderío. Este poder; como ya se apunto; en el funcionario policial es otorgado por la sociedad para que como su instrumento de confianza, arraigado con esas extraordinarias facultades; va a serle de apoyo, de paliativo de gran ayuda ante el aberrante estigma del delito. ¿Cómo definirnos garantes de la ley? O ¿Cómo encontrarnos dentro de nuestra profesión en función de ser el policía que nuestra sociedad requiere para satisfacer sus necesidades en la materia? No se espera; lógico; al súper policía ideal o suma cumlaude, por que sería en vano buscar la perfección en una institución policial o en sus miembros; Por cierto ningún país del mundo por desarrollado que este lo ha conseguido; pero esta premisa no justifica que cada uno de nosotros como efectivos policiales no nos aboquemos profesionalmente hacia la búsqueda de la excelencia en la calidad del servicio que prestamos a la comunidad, a la sociedad a través de la esencia misma de la misión que se nos ha encomendado; es decir; en esa comunión o interacción: Policía-sociedad-policía existen normas del juego que son ineludibles para cualquier aspirante o efectivo de policía, muchas de las cuales se aprenden en la academia y otras donde comúnmente llamamos la calle. Entenderemos como esencia la naturaleza propia y necesaria por la que cada ser es lo que es. Cuando nos formamos como policías adquirimos destrezas especiales, conocimientos y conductas que nos van a distinguir interna y externamente del resto de los ciudadanos que no lo son; igualmente al juramentarnos, como ya se sabe, adquirimos nuestro poder especial. Desde ese momento ya debemos conocernos como la gente que trabaja para y por la comunidad, para protegerla, controlar las infracciones a la ley, las trasgresiones, y prevenir el delito en todas sus formas, y que jamás, por ninguna razón, por valedera que nos lo parezca, se utilizara ese poder, esa investidura en contra de esa comunidad de esa sociedad. Hacerlo es desleal y es traición A pesar de ser este un término bastante fuerte, va a definir al individuo que lo ejecuta como un ser ajeno a toda ética, a toda moral, totalmente adverso e inconforme a las buenas costumbres, un individuo con poder pero totalmente oscuro de razón y enemigo de los principios y normas que regulan la actividad humana; por lo tanto al ser investidos de poder por la sociedad como su protector y de alguna forma transgredir o tergiversar la misión, o ir en contra de ella; se convierte en un traidor a si mismo, a su institución y a la sociedad. Estamos acostumbrados a ver en la noticia diaria diferentes aspectos que ilustran este punto y que por la conducta de una minoría inescrupulosa en el seno de la institución; hemos creado en buena parte de la comunidad ese desprestigio que la signa como ente corrupto, o institución del miedo, cobradores de peaje o facilitadotes del delito, cuando en realidad todo ciudadano que nos requiere en emergencia espera encontrar en su policía efectividad, probidad en el servicio que ha solicitado. Cito: “El funcionario policial debe ejercer todo su potencial humano y logístico en un verdadero beneficio para las comunidades “… Frases como esta son el grito diario de la sociedad hacia el mejoramiento y depuración de una institución que es esencial para combatir y protegerse de la delincuencia común u organizada. Retomando el concepto de PODER DE POLICÍA, viéndole sencillamente, es eso, simplemente un inmenso poder que nos va a permitir utilizar para nuestros fines: Accesos, controles, mecanismos logísticos, leyes y decretos, equipos...etc. Esa sensación de poder nos hará creer si no lo sabemos discernir con amplio criterio que somos poseedores del control de lo incontrolable o de la razón de lo irracional y esta no es la idea ni el objetivo de la misión. Existe en cada efectivo una clara identificación con su poder, el sabe que lo porta y cuando debe usarlo es por eso que debe estar sobradamente preparado para utilizarlo solo en función de los fines establecidos. ¿Cómo ejecutar ese poder? Existen reglas del juego que siguiéndolas nos van a definir con claridad la misión, por ejemplo: Conocimiento de las leyes que vamos a proteger, erradicar el abuso de autoridad pero mantenerla con templanza, no aceptar sobornos (Cohecho), no exigir recompensas, Disciplina, honestidad, lealtad, respeto a la ciudadanía y los derechos humanos aunque nos parezca injusto ya que el delincuente no respeta los de uno ni los de nadie (Somos garantes de la ley), velar por la propiedad de los ciudadanos, trabajar en equipo, acudir sin demora al auxilio solicitado, uso correcto de uniformes, equipos y armas, cooperar y orientar a la ciudadanía que así lo solicite, no descuidar su área de responsabilidad, no usar drogas como el alcohol u otras sustancias que puedan interferir en su buen juicio o que mermen sus facultades psíquicas o morales sobre todo en horas de labor ( Esto sería fatal) …etc. Estas reglas deben ir en concordancia con un correcto proceder ciudadano que funcione como ejemplo para fortalecer su actividad como policía ya que para bien o para mal el funcionario policial es blanco de atención en la comunidad; es posible que otras personas puedan verlas consecuencias de nuestras acciones con mas facilidad que uno mismo. Lo que nos va a llevar a concientizarnos; en cuanto a que en nuestro carácter no solo como profesionales si no también como ciudadanos; que existe una necesidad de cambio en muchos de los aspectos que regulan la actividad policial y nuestra conducta como tales. Hemos sido dotados de lo esencial para fundamentarnos como buenos individuos y responsables de esa inmensurable labor con las armas de la disciplina, la ética y la moral…etc., pero está en cada uno de nosotros armonizar ese compendio de conocimientos para brindarle a la comunidad…Credibilidad, es decir, un asidero a la hora de requerirnos. Algo sobre el asunto socioeconómico Es cierto que la dinámica socio-económica en nuestro país se encuentra en plena transformación en cuanto a la calidad de vida de sus habitantes se refiere. Es posible que la carencia de empleos sugieran a un grueso de nuestros bachilleres y jóvenes profesionales a alistarse en las filas de la gendarmería (….De la policía); pero hay otras razones de mas peso: La institución policial requiere personas de amplio criterio, que sepan expresarse correctamente, discernir con acierto entre lo que debe y no debe ser, individuos con un grado de formación académica y familiar o moral que les permita interactuar con personas de diversos niveles culturales, sociales etc. La institución policial requiere un perfil determinado en la selección de sus miembros que satisfaga esa necesidad, pues la policía va mejorando, creciendo, modernizándose ante las exigencias de una sociedad consumida por una amplia variedad de figuras delictivas. Siempre ha habido policías…desde los tiempos mas remotos hasta hoy con todas las facilidades y adelantos del mundo automatizado. La institución ha reforzado su presencia con hombres y mujeres nobles que han hecho de su vida un servicio a la comunidad…si, es un gran honor contar en nuestras filas con padres y madres de familia, bachilleres y profesionales que continuaran con la ardua labor, en espera de un verdadero reconocimiento socio-económico que los coloque tarde o temprano en el status que merecen; porque al consagrarnos como ese ser social, policías, garantes de la ley, no hemos renunciado a satisfacer nuestras necesidades básicas y mucho menos a aspirar a una calidad de vida que nos permita desarrollarnos como personas dignas, como cabezas de familia proveedoras de bienestar a los nuestros y como profesionales en nuestra carrera. Sin afán de herir susceptibilidades o establecer comparaciones con otras entidades policiales del mundo; nuestra organización policial carece de una estructura estratégica, planificadora, que organice los criterios básicos de cómo llevar la institución a través de una buena gerencia que se adecue a las necesidades de sus miembros y de sus propias necesidades institucionales en concordancia con las necesidades de la ciudadanía Existe dispersión del recurso humano, el funcionario se envilece, cambia el rumbo de su misión, comienza a utilizar su poder en beneficio propio arrastrado por la necesidad de cubrir sus expectativas Económicas; los bajos salarios, la vecindad con el delincuente que debe combatir lo lleva a la complicidad, al cohecho. El policía arriesga su vida a diario a cambio de prácticamente nada y esto provoca el éxodo de funcionarios y la dispersión de los objetivos En busca de mejoras en sus ingresos y por vicio en algunos casos. Igualmente así se forja el funcionario deshonesto que agobiado por todas sus carencias y además de una ausencia total de valores familiares, éticos y de una formación ciudadana adecuada; optan en muchísimos casos por el lado fácil. Existe un déficit notable de funcionarios (Institucionalmente) según cifras de la ONU se requieren por lo menos de cuatro policías por cada mil ciudadanos y hoy por hoy no abastecemos ese requerimiento, es necesario el diseño de nuevas leyes y correctivos con tendencias apropiadas hacia el mejoramiento de las condiciones actuales en nuestra institución. El término “servidor publico” nos ilustra que como institución somos literalmente servidores, en una compleja empresa de servicios, de servicios policiales. Es tradicional en nuestro país que las diferentes organizaciones de policía uniformada sean manejadas con criterio castrense. “Paramilitares” he oído decir…Pero a mi criterio, esto difiere totalmente de la misión encomendada al policía que en lugar de permanecer en cuarteles debe estar en la calle, allí con el común de la gente, la formación del policía debe ir dirigida hacia la de un colaborador social, un servidor del pueblo que bregue al lado de su comunidad, que esta lo conozca, lo apoye, que no se sienta rechazado si no mas bien contar con el sustento vecinal, que alimente su posición correcta dentro de la misma y poder recuperar así la credibilidad perdida en no se que pasaje de nuestra historia. El estado venezolano debe emprender acciones muy positivas, para reducir a fondo esa descomposición social heredada de todos los años de entorno corrupto, donde radica, donde nace la potencialidad criminal que induce a muchas personas a delinquir. JULIO. E.PARDO |
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